(Malpartida de la Serena, de Bodajoz (Spagna) 12 ottobre 1715 – Napoli, 16 luglio 1789)
Domenico Caracciolo nació en el pueblecito de Malpartida de la Serena (provincia de Bajadoz, comunidad Autónoma de Extremadura) en España, el 2 de octubre del 1915.
Moviéndose desde el pequeño feudo de Villamaina, en Irpinia, (provincia de Avellino, cerca de Nápoles) el marqués Domenico Caracciolo subió las cimas de la carrera diplomática e internacional, convirtiéndose en embajador del Reino de las Dos Sicilias en Turín (1753), luego en Londres (1763) y, por último, en París.
Fue virrey de la región Sicilia desde 1781 y Primer Ministro (1786-1789) de Fernando de Borbón.
Intelectual multifacético y experto reformador, tuvo unas relaciones muy cercanas con los más célebres ilustrados británicos y franceses: Hume, Helvetius, D’Alembert, Diderot, D’ Holbach.
Fue el primer italiano en obtener la afiliación a la Royal Society, renombrada Academia de Londres fundada por Isac Newton.
Su cultura y su mecenazgo abarcaban desde las ciencias naturales hasta la música, pasando obviamente por la literatura. Él salió con los músicos Mozart, Bach, Piccinni ( que hizo venir a la Corte francesa) y, entre los matemáticos, mantuvo relaciones muy cercanas con Langrange, Frisi, Condorcet.
Domenico Caracciolo fue amigo de Filippo Mazzei, Vittorio Alfieri, Ferdinando Galiani e incluso del libertino Giacomo Casanova, fue amigo íntimo de los reyes de Francia y fue apreciado por sus más ilustres funcionarios: Turgot y Necker. Quedó en correspondencia con los padres fundadores de los recién nacidos Estados Unidos (Adams, Jefferson y Franklin).
En París, Domenico Caracciolo, fue “Embajador de la Ilustración” por su reputación de sagaz y animadísimo conversador en los salones de moda. Sin embargo, en Palermo fue “el ejecutor de la Inquisición”, que suprimió sin vacilaciones , y el flagelador íntegro de la arrogancia señorial.
Tras regresar a Nápoles como Primer Ministro, se ocupó de muchas reformas, dando máxima prioridad a la valorización del patrimonio cultural.
Madame de Staël lo definirá un hombre de “extraordinaria cultura y de gran ingenio”.
Domenico Caracciolo fue el primer verdadero estadista de un Reino preunitario italiano, una figura más destacada, a nivel mundial, incluso que el conde de Cavour.
Cómo ha sido posible que una figura de tan elevado espesor haya sido dejado en los llamados “personajes secundarios”, sigue siendo un misterio.
Este trabajo de investigación se fija prioritariamente como objetivo la restitución de una adecuada importancia que la historia le ha rechazado hasta ahora inexplicablemente.